Buenas Nuevas

Primero

¡Reconoce que quebrantaste la ley de Dios!

“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.  No matarás.  No cometerás adulterio.  No hurtarás.  No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.  No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”  Éxodo 20:12-17

Segundo

¿Sabes de qué se te acusa?

“a éste [Jesús]…prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole…y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos…” Hechos 2:23 y 3:15

Tercero

Reconoce que eres pecador – Y que algo te va a costar

“…No hay justo, ni aun uno…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…la paga del pecado es muerte…”  Romanos 3:10, 23 y 6:23

Cuarto

¿Quieres pagar tú? – ¡Jesús ya pago por ti!

“el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” Romanos 4:25 “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” 1 Pedro 2:24

Quinto

¿Amor o Ira? – ¡Tu escoge!

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”  “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”  Juan 3:16 y 36

Sesto

¡Arrepiéntete!

Jesús dijo, “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” Marcos 1:1

Séptimo

¡Jesús es el camino!

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”  Juan 14:6

Usted puede saber con certeza si tiene vida eterna:

Hebreos 3:15

“entre tanto que se dice:

Si oyereis hoy su voz,

No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.”

2 Corintios 6:1-2

“…os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.  Porque dice:

En tiempo aceptable te he oído,

Y en día de salvación te he socorrido. 

He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.

Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!